A escala mundial, el cáncer de cuello de útero es uno de los tipos de cáncer más comunes entre mujeres de 15 a 44 años. Por eso, en Ginesan seguimos trabajando para su prevención mediante la vacuna contra el cáncer de cuello de útero, cuya eficacia se ha demostrado en mujeres de hasta 45 años.
Nuestro objetivo es conseguir que cada vez más mujeres sean conscientes de la importancia de la vacunación y estén protegidas contra esta enfermedad.
El cáncer de cuello de útero es un tumor originado a partir de una transformación maligna de sus células. A diferencia de muchos otros cánceres, el cáncer de cuello de útero no es hereditario. En la casi totalidad de los cánceres de cuello uterino y de sus lesiones precursoras se detecta la presencia del virus del papiloma humano (VPH).
El virus del papiloma humano (VPH) es muy común, se transmite a través de las relaciones sexuales y suele ser totalmente asintomático. Actualmente se estima que, cada año, ocho de cada diez mujeres que inician relaciones sexuales entran en contacto con el virus del papiloma humano, y que el 80% de los hombres y las mujeres entrará en contacto con el virus en algún momento de su vida. Afortunadamente, en el 90% de los casos el VPH desaparece espontáneamente del cuello del útero y la vagina en un plazo de 18-24 meses desde el contagio.
Existen más de 100 tipos de VPH. La mayoría producen alteraciones benignas, sin embargo hay 15 tipos de VPH, los denominados serotipos de alto riesgo, identificados como causantes de la mayoría de lesiones precancerosas y cánceres del cuello uterino, y otros dos son responsables del 90% de las verrugas genitales (condilomas). Algunos de ellos también afectan a la vulva, la vagina y al ano, y pueden ocasionar cánceres y lesiones precancerosas en estas zonas.
El VPH se transmite fácilmente mediante contacto genital (no necesariamente mediante una relación sexual completa), y tanto hombres como mujeres pueden ser portadores asintomáticos.
El uso rutinario de preservativo reduce, pero no impide totalmente, el riesgo de transmisión del VPH.
Existen varios factores que aumentan el riesgo de contraer el VPH:
• Iniciarse a una edad precoz en las relaciones sexuales
• Tener muchas parejas sexuales
• Tener relaciones con individuos de riesgo (varón con múltiples parejas o mujeres que ejerzan la prostitución)
• No utilizar la protección adecuada en las relaciones sexuales
• Mantener relaciones sexuales con varones sin circuncisión (operación de fimosis)
• No realizarse chequeos citológicos periódicos
La herramienta fundamental para la prevención de cualquier patología es la revisión ginecológica periodica , en la que realizamos una citología cervical para detectar anomalías en las células del cuello del utero. Cuando se detectan estas alteraciones se realizan mas pruebas para localizar el origen y proceder al tratamiento.
En la mayoría de casos, la presencia del VPH revelará una situación transitoria que se soluciona gracias a tus propias defensas, es decir, se hablará de una infección subclínica. No obstante, existen determinados factores de riesgo, como el tabaco, que favorecen la cronicidad de los serotipos de alto riesgo, es decir, altera las defensas locales del tejido del tracto genital inferior, facilitando las lesiones severas de las células y la recaída de las lesiones tratadas. Por tanto, es altamente recomendable abandonar el hábito del tabaco.
Hoy en día, esta patología puede prevenirse gracias al mantenimiento del programa de prevención precoz, que consiste en dos tipos de prevención:
• Prevención primaria: Evitar hábitos de riesgo (el tabaquismo, el inicio precoz de las relaciones sexuales, la promiscuidad, la falta de protección adecuada en las relaciones sexuales…) y la administración de la vacuna contra el VPH.
• Prevención secundaria: Realizar un correcto control ginecológico con citología periódica.
Es fundamental hacer hincapié en que la vacuna protege frente a los virus que son responsables del 80% de los cánceres de cuello de útero, por lo que es importante detectar mediante la citología una posible alteración atribuible a un tipo de virus no incluido en la vacuna.
Actualmente disponemos de una vacuna nonavalente ( GARDASIL 9 ) que incluye los 9 serotipos de virus VPH mas prevalentes.
.. Actualmente la vacuna esta incluida en el Plan de Vacunación del Ministerio de Sanidad para las niñas de 9 a 15 años.
.. asi mismo pueden vacunarse todas las mujeres que lo deseen desde los 16 años en adelante, preferentemente antes del inicio de las relaciones sexuales. Actualmente en ficha técnica hasta los 45 años.
Queda pendiente la autorización, aunque sí existe la recomendación, de la vacunación de los varones.
La vía de administración es intramuscular, generalmente en la parte superior del brazo o en la zona anterolateral superior del glúteo.
Habitualmente se administran 3 dosis de vacuna.La pauta de vacunación es flexible, siempre que se respete:
– Intervalo mínimo entre primera y segunda dosis de, al menos, un mes
– Intervalo mínimo entre segunda y tercera dosis de, al menos, cuatro meses
– Debe completarse en el periodo de un año
– Antes de los 13 años pueden administrarse solo dos dosis (0 y 6 meses)
Como muchas otras vacunas, puede provocar enrojecimiento y dolor local, molestias musculares leves o febrícula en un reducido porcentaje de casos, absolutamente transitorios.
Los datos de los que se dispone sobre la vacuna administrada durante el embarazo no sugieren ningún problema de seguridad. Sin embargo, estos datos son insuficientes para recomendar el uso durante el embarazo. La vacunación, por tanto, se debe posponer hasta después del parto y reiniciarse en caso de haberse iniciado anteriormente al embarazo y no haber completado la pauta. En caso de búsqueda de embarazo, se aconseja comenzar la vacunación posteriormente.
Sí, las mujeres en periodo de lactancia pueden vacunarse.
En Ginesan creemos que lo más importante: PREVENCION = REVISIÓN + VACUNACIÓN