Son células inmaduras o indiferenciadas, que tienen la capacidad de diferenciarse o convertirse en diversos tipos de células del cuerpo. Pueden dividirse para reponer otras células que se hayan dañado, sirviendo así como una especie de sistema de reparación del organismo. Cuando una célula madre se divide, cada célula nueva puede autorrenovarse (hacer copias de sí misma), multiplicarse (proliferación), o convertirse en otro tipo de célula con una función más especializada, como una célula muscular, un glóbulo rojo o una célula nerviosa.
La importancia de las células madre de cordón umbilical ha sido descubierta en los últimos años. No suscitan conflictos éticos y son muy fáciles de obtener. Durante el desarrollo del feto estas células madre se forman sobre todo en el hígado y en el bazo. En el último trimestre del embarazo comienzan a migrar y se instalan en la médula ósea. Esta migración tiene lugar a través del torrente sanguíneo, y es por eso por lo que las células madre llegan al cordón umbilical y se encuentran tan profusamente en el momento del parto.
Si la sangre de cordón umbilical se extrae inmediatamente después del nacimiento y se procesa correctamente en un laboratorio especializado, estas células madre tan preciadas pueden almacenarse y conservarse durante muchos años.
En terapia del cáncer, en el tratamiento de enfermedades autoinmunes o en medicina regenerativa: el potencial de las aplicaciones de células madre adultas y de cordón umbilical continúa creciendo.
La sangre de cordón umbilical se ha consolidado como una fuente alternativa para el trasplante hematopoyético alogénico en pacientes pediátricos (1).
Otros potenciales usos de la sangre de cordón son la terapia génica en inmunodeficiencias primarias y enfermedades metabólicas o como tratamiento regenerativo en tejidos dañados no hematopoyéticos (miocardio, sistema nervioso, etc.) (2).
Igualmente, los estudios preliminares en animales e in vitro con células madre de sangre de cordón umbilical han abierto un fantástico campo de investigación y su posible uso clínico en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas.
La sangre de cordón umbilical tiene grandes ventajas. Entre ellas, que puede ser almacenada en un banco y disponer de ella en el momento en que se necesite.
La idea del trasplante de células madre de cordón umbilical no es nueva, ya que la aplicación de células madre adultas se ha llevado a cabo durante muchos años en el tratamiento del cáncer para regenerar la formación de la sangre y reconstituir el sistema inmunitario. Hasta la fecha, las células madre más comúnmente trasplantadas han sido las obtenidas de la médula ósea.
Hasta hace años, cuando se producía un nacimiento el cordón umbilical y la sangre que este contiene eran desechados. Hoy en día se sabe que la sangre de cordón umbilical contiene gran cantidad de células especializadas que permiten la renovación de las células sanguíneas. Si estas células son trasplantadas a determinados pacientes cuya médula ósea se encuentra enferma, pueden obtenerse prometedores éxitos terapéuticos.
Las células madre reparan el cuerpo humano, pero con la edad pierden la capacidad de dividirse y el mecanismo de restauración comienza a fallar. A veces el organismo sufre daños en la infancia y las fuerzas autocurativas del cuerpo se ven superadas. Sólo unas células madre vitales nuevas podrían volver a poner en marcha el mecanismo reparador.
Si los padres han decidido conservar la sangre de cordón umbilical del recién nacido, estará disponible de forma rápida si el tratamiento con células madre fuera la opción elegida por los especialistas. Estas células son jóvenes, sanas y compatibles al cien por cien con el propio niños. Entre hermanos, la probabilidad de que sea compatible es del 30%.
En Ginesan te asesoraremos sobre esta interesante opción a lo largo del embarazo para que puedas recibir la información más completa de la mano de profesionales cualificados, que os ayudarán a resolver todas las dudas que podais tener al respecto.